sábado, 23 de abril de 2011

En la brisa un momento….

Alguien marco en mis manos, envuelto estoy en la sombría lona de unas alas que caen y caen llevando la distancia donde quiera que valla, sin acertar jamás con ningún paraíso a la medida de mis tentaciones.

NADA.!! – Faltan siempre peldaños para llegar y siempre sobran emboscadas y ausencias.
No se adapta al relieve de mis huesos ni a la temperatura de mi piel, y nada valen trampas ni exorcismos, ni las maquinaciones del azar ni las jugadas de mi Empeño. – ¿No hay apuesta posible para mi?

Mi lugar esta enfrente del Sol que se desvía o de la isla que se aleja.
Cuando arrojo mis redes no recojo más que vasijas rotas, perros muertos, asombrosos desechos, igual que el pobrecito pescador al comenzar la noche fantástica del cuento. 
Pero no hay desenlace con aplausos y palma para mí. - 
¿no era heroico perder?  ¿No era intenso el peligro?

Entre ella y yo siempre hubo una espada: justo en el medio de una posible pasión el filo helado, el fulgor venenoso que anunciaba la distancia y alumbraba la herida en el final de la novela.
Si el bien perdido es lo ganado, mis posesiones son incalculables..

Cada posible desdicha es como un vértigo.
Una provocación que mi insaciable realidad acepta, más tarde o más temprano, estoy aquí para que mi temor se cumpla.

Asomada a mí lo mismo que una música remota para siempre envolvente. Suspendida quien sabe de que muro de tierno desamparo.

No Hay Puertas….

El tiempo se hizo muro y no puedo volver.
Ella .!!!  mi estimulo visual, el atributo tierno, alusión a su delicadeza y fragilidad, todo lo que recuerdo.
Se que la luz delata los territorios de la sombra y vigila en suspenso, y que la oscuridad exalta el fuego y se arrodilla en los rincones.

Pero, ¿cual de las dos labra el legítimo derecho de la trama?
Ah, no se trata de triunfo, de aceptación ni de sometimiento….

Yo me pregunto entonces:
   ..Más tarde o más temprano mirando desde arriba.
¿Cuál es el recuento final, el verdadero, intocable destino?
            ¿El que quise y no fue?¿El que no quise y fue?

Con una ley salvaje de animales que asechan el peligro desde su madriguera, con el vértigo de mirar hacia arriba.
Con tu amor que se enciende  de pronto como una lámpara en medio de la noche, con pequeños fragmentos de un mundo consagrado para la idolatría.
Con la dulzura de dormir con toda tu piel cubriéndome el costado del miedo, a la sombra del ocio que abría tiernamente un abanico de praderas celestes.
Algunas veces sopla sobre mí con el viento del sur un canto huracanado que quiebra de pronto en un gemido, en la garganta rota de la dicha, o trata de borrar con un trozo de esperanza raída.

Hiciste día a día la soledad que tengo.
 mi soledad esta hecha de Ti - lleva tu nombre en su versión de piedra, en un silencio tenso donde pueden sonar todas las melodías del infierno, camina junto a mi con tu paso vacío.
Dejaste a mis puertas como quien abandona la heredera de un reino del que nadie sale y al que nadie se vuelve.
Mi soledad es todo cuanto tengo de Ti… 

los días escribieron ese adiós, con sangre de mis sueños en todos los cristales para que hiera todo cuanto miro.
Aúlla con tu voz en todos los rincones. Cuando la nombro con tu nombre, crece como una llaga en las tinieblas.

Unas fechas gastadas por el soplo de un despiadado, deseo y encanto mi historia esta en mis manos y en las manos de ella, que me tatuaron.
La humareda distante de la casa donde nunca estuvimos, y unos gestos dispersos entre los gestos de otros que no me conocieron, lo demás aun se cumple en el olvido, y a la que ella me vera extrañamente ajeno.

Ella hubiera querido guardarme; ¿en el desden o en el orgullo?
En un último instante fulmineo como un rayo, no en el tumulto incierto donde se alza la voz ronca y llorada entre los remolinos de tu corazón.
No.-  Esta muerte no tiene descanso ni grandeza.
No puedo estar mirándola por primera vez durante tanto tiempo.
Me elegí por castigo y  perdón, por cielo y por infierno.
Pero debo seguir muriendo hasta tu muerte, por que soy tu testigo ante una ley mas honda y mas oscura, que los cambiantes sueños, allá, donde escribiste la sentencia.